El caso de este pescador no es tan excepcional, no solamente por el antipático recelo que tenía a que fueran descubiertas sus moscas, sino también por el uso de un reducido número de modelos de moscas. Son este tipo de pescadores que confían ciegamente en las imitaciones genéricas y que con media docena de modelos en diferentes tamaños tienen prácticamente cubierta la temporada de pesca.
Uno de los más famosos representantes de esta escuela ha sido el francés Henri Bresson, apodado "El Mago de Ver soul" 1924-2010. Su nombre va ligado a tres montajes muy simples y de una eficacia legendaria: La "French Tricolore" o "Tricolor de Bresson", la "Sauvage", (la Salvaje) y la "Peute".
A principios de los años 50, Bresson convaleciente de una grave enfermedad que le había jubilado prematuramente, se ganaba la vida vendiendo las capturas que obtenía pescando. En estos casos se supone que hay que agudizar el ingenio y la eficacia, tanto en la técnica como en la táctica a emplear, más aún teniendo en cuenta que su débil salud le impedía madrugar, así como prolongar sus jornadas de pesca hasta los momentos más propicios como eran los serenos del atardecer.
Henri Bresson refiriéndose a su afición casi exclusiva de la pesca con mosca seca en las horas centrales del día nos dice: ¿Por qué buscar bajo el agua los peces que podemos capturar en superficie y para que esperar a la oscuridad de la noche si mi cesta está bien repleta mucho antes?
French Tricolore o palmer de Bresson |
Quizás su imitación más famosa sea la "French Tricolore" (La Tricolor Francesa), también denominada "Palmer de Bresson". El montaje de esta artificial es extremadamente sencillo. Se monta generalmente en anzuelos de los números 12 al 20 y se recubre la tija con la misma seda de montaje, el color de la seda original no está bien definido, el más común es el anaranjado y el amarillo verdoso.
En la curva del anzuelo sujetamos una pluma de cuello de gallo indio gris claro, con ella remontamos enrollándola hasta cubrir la tercera parte de la tija del anzuelo. En este punto añadimos una segunda pluma de cuello de gallo marrón rojizo, con la que cubrimos un tercio más. Finalmente, fijamos una tercera pluma también de cuello de gallo, en este caso de un gris oscuro, con unas fibras algo más largas que las del resto, más que nada por estética, ya que los montajes originales de Bresson no lo tenía en cuenta.
En cualquier caso, el resultado final es una mosca peluda, de fácil montaje, que se posa con suavidad y flota como un corcho, además tiene una buena visibilidad en corrientes, y lo más importante, de probada eficacia.
En cuanto al nacimiento de esta artificial, H. Bresson nos dice: {... Un día, una de mis moscas, una clásica gris de cuerpo amarillo perdió los cercos a fuerza de capturar truchas, sin embargo, incluso sin cercos seguía siendo eficaz, así deduje que los cercos no eran indispensables. Más adelante, también el cuerpo se deshizo con tantas capturas, pero la mosca reducida solo al collar de flotación o hackle seguía siendo tomada por las truchas, por tanto, pensé que también podría ahorrar el cuerpo. De vuelta a casa, me puse a la tarea de montar algunas moscas sin cercos ni cuerpo. Como una sola pluma no bastaba para cubrir toda la tija del anzuelo, comencé con una pluma gris, continúe con otra roja y finalmente añadí una tercera también gris. Cuando presenté esta mosca a las truchas en presencia de eclosiones de efímeras, los peces me dieron la razón inmediatamente. Sin embargo, en pleno sol al mediodía, esta mosca me parecía demasiado clara, así que monté una variante más oscura con una pluma casi negra, otra roja oscura y otra gris oscura. Con estas dos moscas, en cuatro tamaños diferentes, estaba en condiciones de imitar toda clase de efímeras y en todas las condiciones de luminosidad}.
Sauvage, la Salvaje de Bresson |
Tanto la segunda creación de Bresson, la "Sauvage" (La Salvaje), como la primera, la "French Tricolore", son sin duda todo un elogio a la simplicidad en los montajes de artificiales para pescar truchas en superficie.
Bresson nos cuenta al respecto de esta mosca: {. . . Yo compraba habitualmente mis plumas en Chez Gantz, un comerciante parisino que surtía de plumas al Folies Bergere (famoso cabaret parisino que tuvo su mayor esplendor a finales del siglo XIX), como también al Casino de París y montadores de moscas artificiales. En mi última visita a este comerciante, coincidiendo con una liquidación por cierre de negocio, descubrí unas cajas con las plumas más bellas que jamás había visto. Se trataba de plumas de gallo de origen chino arrancadas en vivo, de una transparencia, textura y luminosidad ideales. Compré todo el lote consciente de haber descubierto un tesoro, hasta tal punto, que cuando montaba una mosca clásica con una de estas plumas, tenía la sensación de estar desperdiciando algo precioso}.
Bonita historia la que nos cuenta Bresson, pero yo me pregunto ¿Qué habría dicho Bresson de haber conocido las plumas de los gallos de León? Aunque me extraña mucho que no las conociera o tuviera constancia de su existencia por los escritos publicados por su colega Louis Carrére.
Los dos primeros montajes los recomienda Bresson para cuando nos encontremos en presencia de eclosiones de efímeras, para los tricópteros y plecópteros Bresson reserva una tercera mosca, nuevamente de montaje muy simple, la "Peute" (La Fea).
Peute, "la Fea de Bresson" |
Los dos primeros montajes los recomienda Bresson para cuando nos encontremos en presencia de eclosiones de efímeras, para los tricópteros y plecópteros Bresson reserva una tercera mosca, nuevamente de montaje muy simple, la "Peute" (La Fea).
El origen de esta mosca fue al parecer el secreto de un viejo pescador gitano. Se monta sobre un anzuelo del número 16 y se recubre la tija con la misma seda de montaje amarilla - verdosa tres o cuatro veces, de manera que el cuerpo quede algo voluminoso, procurando dejar un espacio para el collar y la cabeza. A continuación presentamos una pluma de flanco de pato moteadas, teniendo en cuenta que las fibras no deben sobrepasar en exceso la curvatura del anzuelo, la fijamos y la enrollamos al estilo tradicional, dando tres o cuatro vueltas con ella, a continuación rebatimos las fibras hacia atrás ayudados del dedo pulgar e índice de la mano izquierda, forzándolas si fuera preciso con el hilo de montaje, haciendo al mismo tiempo la cabeza y el nudo final.
El resultado es una mosca que flota muy placada, se ve bastante bien y no se sabe muy bien que imita. En cualquier caso Bresson la recomienda en presencia de tricópteros. 🫣
"Peute Italiana" |
Por lo visto, para los pescadores italianos la "Peute" no debía flotar lo suficientemente bien, por lo que optaron por añadir a la mosca original unas fibras de CDC, dándolas un perfil parecido a las alas de los tricópteros en reposo, y dejando las fibras originales de pato hasta la mitad del cuerpo. De esta manera nació una variante de tantas que tiene la "Peute", la "Peute Italiana".
Para finalizar una reflexión: Estas tres moscas formaban todo el arsenal que Bresson consideraba necesario para una jornada de pesca. Es evidente que el éxito no depende exclusivamente de la buena elección de la mosca. La técnica, el lance, la posada, la adaptación de los materiales de pesca, la destreza del pescador es mucho más importante, pero aún más importante que todo eso es la táctica a emplear, es decir: el conocimiento del río que queremos pescar y las costumbres de los peces y seres vivos que habitan en él, la buena posición del pescador y el buen ángulo de ataque para lograr una deriva perfecta.
Las moscas de Monsieur Bresson fueron en su día un duro golpe para los más puristas ingleses obsesionados con los materiales exóticos y la complejidad de los montajes, también para los partidarios de la exactitud. ¿Muchas veces, uno pasa largos ratos ante el torno intentando que las alas de las efímeras queden en la posición exacta, otras veces imitamos detalles superfluos y menores, ojos, antenas etcétera, y después qué? Las truchas ante estas pequeñas obras de arte y tanto esfuerzo del montador se muestran en la mayoría de los casos indiferentes, para tomar sin recelo moscas de aspecto indefinido que nadie daría un duro por ellas, ¿por qué?, Vaya usted a saber, probablemente una merecida cura de humildad.
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