viernes, 30 de enero de 2015

"LAS GRIEGAS" DE LOUIS CARRÈRE

Louis Carrère fue figura indiscutible en el mundo de la pesca con mosca. Un pescador apasionado por los ríos españoles, por nuestras moscas ahogadas y por nuestra forma de pescar. 

Dedicó gran parte de su tiempo a pregonar y difundir sus conocimientos sobre la pesca en libros y revistas especializadas. Un hombre al que todos los pescadores le debemos el descubrimiento del Manuscrito de Astorga y su posterior divulgación más allá de nuestras fronteras, destacando siempre en sus escritos el mérito y calidad de las maravillosas moscas artificiales españolas.
 
Mosca "alfa"

Louis Carrére vivió en España desde los años vente hasta el comienzo de la guerra civil española en 1936. Aquí en nuestro país se inició en las diversas técnicas de pesca recorriendo incansable todos los cursos trucheros de nuestro país, tanto los ríos asturianos y en general la cornisa cantábrica como los bravos ríos pirenaicos, los castellanos y los leoneses. 

A su regreso a Francia escribió varios libros y numerosos artículos en los que difundió la técnica de pesca con ahogadas tal como se practicaba en España. También nos dice haber intentado en el transcurso de sus numerosas salidas de pesca encontrar una combinación de moscas válidas para todas las ocasiones para pescar en todas partes y destinadas a salvar más o menos todas las situaciones. 

Para ello montó una serie de aparejos con moscas diferentes en cada aparejo, salvo una mosca gris común en todos ellos, y cosa interesante, la mosca gris parecía lograr siempre resultados más regulares que el resto de las moscas.
 
Mosca Beta

Posteriormente, tuvo la idea de reforzar la mosca gris para hacerla más efectiva. Para mejorar su interesante poder de atracción hizo una serie de moscas grises provista de un anillado de ocho a diez vueltas de seda muy fina de colores gris oscuro, ocre, verde oscuro y rosa pálido. Una vez terminadas las moscas montó con ellas dos aparejos con tres moscas por cada aparejo. 

Aparejo A: en punta la mosca gris, anillada con seda gris oscura. En el centro, una mosca gris sin anillar y la tercera mosca que él llama "saltadora" una gris anillada de verde oscuro. 

Aparejo B: en punta una gris anillada de color ocre, una en el centro gris sin anillar, y la otra gris anillada de rosa mustio.

Mosca Gamma

Reconoció haber cogido menos truchas con las moscas grises sin anillar, incluso cambiándola de sitio, las truchas según Carrére preferían las moscas anilladas de colores. 

A tenor de los resultados obtenidos abandonó la mosca gris uniforme sin anillar para adaptar definitivamente los cuatro modelos siguientes; Alfa: cuerpo seda gris clara, anillado seda gris oscura, collar o hackle indio gris maduro; Beta: cuerpo seda gris clara, anillado seda ocre, collar o hackle indio gris ahumado; Gamma: cuerpo seda gris clara, anillado seda rosa pálido, collar o hackle indio gris ahumado; Delta: cuerpo seda gris clara, anillado seda verde oscura, collar o hackle indio gris ahumado. 

El gris ahumado al que hace referencia Carrére es la peculiaridad o intensidad del tono de la pluma indio acerado, en este caso del color del humo. Carrére nos dice haber probado estas moscas en diferentes ríos Europeos a distintas altitudes y de características diferentes, y los resultados siempre fueron satisfactorios. 
Pero también nos dice que estas moscas constituyen un recurso cuando no se sepa qué utilizar.

Mosca delta

Algunas consideraciones sobre las moscas ahogadas: 

Frente a la pesca de moda al hilo con perdigones, cabezas doradas, pesca con ninfa estilo europeo, etcétera, y frente a la pesca con mosca seca, la pesca con mosca ahogada se presenta como la pariente pobre; sin embargo, para ser un buen pescador de ahogada es preciso poseer un "sentido del agua" muy desarrollado que para pescar con seca, de tal manera que es mucho más raro encontrar un buen pescador de ahogada que un excelente practicante de seca. 

La pesca con "mosca ahogada", esta pesca tan denigrada, practicada por pocos aficionados, pesca difícil y a la vez considerada fácil, ¿Acaso esta modalidad necesita de una rehabilitación? No lo creo. Esta modalidad tiene las más depuradas normas de nobleza, nuestros antepasados ya pescaban así. Lo que necesita una rehabilitación son nuestros ríos para que vuelvan a florecer como lo hicieron en el pasado. 

Los montajes de estas moscas ahogadas para pescar con sedal pesado o cola de rata, están inspirados en la labor de los pescadores españoles, especialmente en los pescadores y artesanos leoneses que han sido durante generaciones la base incontestable de este tipo de pesca. Es bastante difícil creo, encontrar en la literatura especializada escritos precisos que aclaren bien este tipo de pesca, la mayoría de los autores europeos son o han sido mayoritariamente de mosca seca más que de ahogada, estos autores desconocen o no han querido ver el arte de "ahogar una mosca", limitándose a hacer flotar una imitación. 

Esta actitud junto con la inadecuada forma de pescar por parte de algunos pescadores de seca que ocasionalmente se ponen a pescar con la ahogada, es lo que ha ocasionado el descrédito de esta modalidad entre muchos aficionados. La pesca con mosca ahogada, junto con la mosca seca y la ninfa, son los tres componentes que completan la pesca con mosca artificial y que hacen que el pescador que desee capturar el mayor número de piezas opte por una de las tres soluciones, o por las tres si hiciera falta en una misma jornada de pesca. 

La elección, por tanto, no debe ser fruto de los gustos personales de cada uno, tampoco del azar o la fantasía sin tener en cuenta las condiciones ambientales tales como la época, el día, la hora, el lugar etcétera, y que hacen que la pesca deportiva deba ser un acto presidido por la razón y la experiencia. 

El mejor consejo para los que deseen aprender bien este arte es que dediquen un día a acompañar a un experto. Si tienen la suerte de poder observar a un maestro, verán encenderse dentro de ellos una lucecita que con un poco de práctica crecerá hasta permitirles ser buenos y completos pescadores de mosca ahogada.
Buena pesca.

miércoles, 21 de enero de 2015

LA INFALIBLE DE LOUIS CARRÈRE

Estas moscas dobles, también llamadas "moscas en celo", "dúos de amor", etcétera, fueron descritas por primera vez en el libro de Louis Carrére, "Techniques modernes de la Mouche noyée", publicado en Francia a su regreso de España en el año 1937, y reeditado sucesivamente en 1946 y 1957. 

En 1963 conocimos la primera versión en castellano de la mano del periodista catalán y gran aficionado a la pesca D. Juan Francisco Llatjós. Posteriormente, se conoció una segunda edición en 1970 y una tercera en 1976.

Montaje con fibras de riñonada (fiber assembly loins).

Estas moscas dobles es necesario montarlas sobre anzuelos de anillas con el vástago o la tija larga, llamados generalmente "anzuelos de mosca de mayo". 

Según Carrère, para su confección puede emplearse indistintamente el procedimiento de montaje que él llama "rápido", o sea al estilo del montaje tradicional de una mosca seca con pluma de cuello de gallo enrollada sobre la tija, o bien al "estilo leonés" con fibras sueltas de pluma de riñonada. 

Para Carrére, este último estilo, o sea el "estilo leonés" es como siempre su preferido, porque según él:《... las moscas confeccionadas con estas bellas plumas nos dejan admirados, se salen de la banalidad de los plumeros hechos con hackles (cuellos) teñidos o decolorados que invaden las tiendas de artículos de pesca. 

Desde luego, no son comercio sino arte. Es cierto que los cuellos o hackles actuales han mejorado mucho, y poco o nada tienen que ver con los de su época, aun así, estoy de acuerdo con Carrére, no existe nada mejor a día de hoy que las plumas de los gallos leoneses para imitar los insectos de los que se alimentan nuestras truchas, tanto para moscas secas, ahogadas o ninfas, sin que con ello quiera decir que otras plumas no sean también buenas y necesarias.
 
Montaje con fibras sueltas de Pardo.

Carrére recomienda pescar con ella en tándem con otra o con una mosca seca a modo de indicador de picada, pesca, por otra parte, tan de moda y que parece haberse redescubierto recientemente, cuando Carrére ya pescaba así en los años treinta los ríos trucheros españoles, y con buenos resultados a tenor de lo que cuenta de esta mosca:《... Esta imitación sumergida posee un indiscutible poder de atracción sobre muchos peces inactivos o indiferentes.

Todos estamos de acuerdo en reconocer que la mayoría del tiempo las truchas se alimentan bajo la superficie del agua, bien a medias aguas, bien rastreando y levantando las piedras del lecho del río, o bien a pocos centímetros de la superficie, pero para engañarlas hace falta que nuestras imitaciones estén bien montadas y que se asemejen a los insectos naturales que ellas están acostumbradas a comer.

Montaje con fibras de riñonada indio acerado medio.

Por tanto, la primera constatación de esta modalidad de pesca, es que las truchas al igual que la mayor parte de los peces ven perfectamente bajo el agua, su medio natural de vida, por este motivo es mucho más capaz de apreciar los detalles de un insecto sumergido que navega bajo el agua que uno flotando. 

De esta realidad deriva la necesidad de alcanzar el más alto grado de realismo de estas moscas ahogadas o sumergidas, desterrando así el viejo tópico de que para estas artificiales es suficiente, materiales de segunda clase. 

La segunda constatación es el comportamiento de estas moscas en acción de pesca. Dentro del agua, las moscas deben moverse a la velocidad de la corriente, este es el gran secreto del éxito de esta modalidad de pesca, sucede lo mismo que cuando pescamos con nuestras moscas ahogadas clásicas al estilo leonés. Esta necesidad de una buena deriva condiciona de por sí la calidad de los materiales a emplear, por tanto, la labor del pescador no es hacer vivir las moscas mediante el juego de tirones y descensos de la línea. 

Las moscas merced al los juegos de luz de las fibras de las plumas por el efecto del movimiento de las corrientes deben dar su propia ilusión de vida. El brillo, la textura, flexibilidad, el color y los moteados de las plumas, junto con la adecuada posición en el anzuelo harán que las moscas naden sin dificultad asemejándose a las naturales. 

Esta necesidad en la confección de estas moscas se complementa lógicamente con la experiencia que permiten al pescador emplearse en los mejores sitios o los más apropiados, con lances cortos y precisos, calcular la corriente etcétera.
 
Montaje con fibras de riñonada Pardo.

El montaje de estos modelos no presenta ninguna dificultad especial, se trata en suma de montar dos moscas similares o distintas sobre un mismo anzuelo. 

Se empieza por formar el cuerpo de la primera mosca a la altura de la curvatura del anzuelo, lo anillamos y a continuación montamos el collar o hackle (alas), si este lo hacemos con una pluma de cuello de gallo enrollada sobre la tija, entonces nada más tendremos que forzar con el hilo de montaje las fibras para que queden correctamente posicionadas con respecto al vástago del anzuelo, si lo hacemos con fibras sueltas de riñonada además de lo dicho presionamos la base de las fibras con el dedo pulgar e índice de un lado a otro para que queden repartidas uniformemente sobre el cuerpo en un radio de 180 grados más o menos. 

Después procedemos a montar la segunda mosca como hicimos la primera. Tanto el cuerpo como el anillado es aconsejable que sean de seda, este material dota a la mosca de mayor sensación de vida y movilidad dentro del agua al quedar las fibras de la pluma repartidas uniformemente pegadas al cuerpo como si de uno o varios imagos o subimagos muertos arrastrados por la corriente se tratara, o como insectos que están emergiendo. 

La cabeza no debe ser rematada con pegamento o barniz, estos materiales deterioran y distorsionan tanto la seda como la cabeza. El grado de inclinación de las fibras de la pluma con respecto a la tija o vástago del anzuelo deben quedar en torno a los treinta o cuarenta grados, con el fin de conseguir una deriva lo más natural posible, y la cantidad debe ser escasa, aproximadamente la mitad que para nuestras clásicas ahogadas, para así facilitar el hundimiento y que este se produzca lo más rápido posible. En cuanto a los cercos o cola, yo aconsejaría prescindir de ellos.
 
Montaje con pluma de cuello de gallo (rooster hackle).

Es posible que hoy, cuando hay tantos excelentes pescadores que escriben libros y ganan concursos de pesca, estas cosas tan humildes no tenga gran interés. Además, no son montajes deslumbrantes como las clásicas ahogadas inglesas, ni siquiera se emplean materiales de última generación para su confección, tampoco estos modelos vienen de lejanos países, son una variante de nuestras ahogadas leonesas para sedal pesado, pero si algún día os da por montarlas y pescar con ellas y conseguir alguna captura, entonces una enorme satisfacción os invadirá y os daréis cuenta de que la pesca con mosca es y será una pesca de calidad, no de cantidad.

miércoles, 14 de enero de 2015

LA BUNYAN BUG

Leyendo la famosa novela de Norman MacLean traducida al castellano bajo el título de " El río de la vida ", uno se adentra en los famosos ríos del oeste de los Estados Unidos de Norteamérica, escenarios soñados por muchos pescadores con mosca, por sus paisajes grandiosos y salvajes y por sus truchas, especialmente cuando tiene lugar las grandes eclosiones de esos enormes plecópteros que hacen salir de sus refugios a las truchas toro y arco iris, que aceleran el pulso a cualquier pescador.

Esta bella historia que nos cuenta Norman MacLean guarda muchas similitudes entre los hermanos MacLean Norman y Paul y mi hermano Luís y yo. Nosotros también nos iniciamos en la pesca desde muy jóvenes, primero con la cucharilla y con las moscas ahogadas, y más tarde con la mosca seca en un privilegiado entorno como es nuestra bella provincia leonesa, paraíso del pescador con mosca y santuario de la pesca de la trucha, donde sus ríos son la mejor escuela para aprender las más depuradas normas de presentación y el manejo de la línea, años atrás rebosantes de truchas y de eclosiones de insectos, un espectáculo en si mismo. 

Uno temperamental, mi hermano Luís, y otro tranquilo y reflexivo. Uno monta las moscas y otro las pierde entre las mimbreras del río. Dos hermanos que descubren la belleza de la Naturaleza y aprenden juntos a respetarla y quererla, y poco a poco van conociendo los secretos del río, de los peces y de la pesca con mosca.

En cierta medida me siento identificado con los dos hermanos MacLean. Con Paul porque cuando las cosas se tuercen prefiero recurrir a mi mismo para salir del apuro, no concibo la idea de que alguien me diga que mosca debo poner ni tampoco utilizar otras moscas que no sean las mías. Pero a diferencia de Paul que con media docena de moscas genéricas en distintos tamaños le eran suficientes para imitar la mayoría de los insectos acuáticos y terrestres, yo llevo mi caja repleta de moscas bien ordenadas, como Norman y nunca en el sombrero como Paul, aunque lo malo de llevar tantas moscas es que a menudo te falta la apropiada para el momento. 

Lo que no entiendo de Paul es ¿Cómo un consumado artista de la pesca con mosca que roza la perfección, viviera al mismo tiempo esa miseria paralela de la bebida, el juego y las peleas que finalmente le condujo a la muerte? Una paradoja más de la que está construida gran parte de nuestra existencia, sin duda.

 Con el otro hermano, con Norman, me identifico por su forma de ser, tranquila y responsable, y porque después de tantos años pescando sigo teniendo miedo a perder las moscas entre las mimbreras y árboles de la orilla del río, todo lo contrario que mi hermano Luís, el arriesga más que yo, apura el lance hasta el límite y yo tengo que cruzar el río para desenganchar su mosca de entre las ramas. 

El entabla conversación con cualquier pescador que se cruza en nuestro camino, yo sin embargo soy mucho más reservado y procuro pasar desapercibido. Yo soy el responsable de la bebida, el solo pregunta al final de la jornada de pesca si tengo algo frio para su reseca garganta. Yo siempre soy puntual en las citas para ir de pesca, el siempre llega con algún minuto de retraso, pero llega, porque para nosotros como para los hermanos MacLean la pesca tiene algo de sagrado.

Por supuesto que de niños también medimos nuestras fuerzas con fuertes peleas, esta es una de las razones por la cual identifico a mi hermano con Paul, estoicismo frente a la adversidad. Mi hermano vadea el río como nunca he visto hacerlo a otro pescador, a él no le preocupan las fuertes corrientes, sabe perfectamente lo que tiene que hacer. En muchas ocasiones hemos cruzado el río agarrados de la mano por alguna inesperada crecida, pero el siempre por delante marcando el camino a seguir. 

El tiene un lance potente, llega con la mosca a cualquier parte, aunque con muchos defectos en el lanzado, porque nosotros no tuvimos la suerte de Norman y de Paul, a nosotros nadie nos enseñó a manejar la línea, nosotros fuimos autodidactas, y los vicios que se cogen cuando empiezas, son luego difíciles de erradicar.

La Bunyan Bug 

Una de esas grandes moscas es la " Pteronarcys californica ", también llamada " Salmonfly ",o " giant stonefly " ( mosca de la piedra gigante ), el doble de grande que nuestra popular mosca de la piedra "Dinocras cephalotes", llegando a medir las hembras adultas hasta 5 centímetros de largo y 8 centímetros de envergadura con las alas extendidas, no es de extrañar por tanto que los pescadores con mosca del Oeste Americano de la época de los MacLean tuvieran problemas para imitar esta mosca correctamente.

 El ciclo vital de este insecto es muy parecido al de nuestra mosca de la piedra, pero las eclosiones de la "Pteronarcys californica" se desarrolla en periodos muy cortos de entre ocho y diez días, y en condiciones ambientales muy particulares, de manera que es una lotería para los pescadores que frecuentan estos escenarios encontrarse con alguna eclosión de estos insectos acuáticos. Todo lo contrario que la nuestra, que podemos disfrutar pescando con ella desde mediados del mes de Abril en los ríos de llanura hasta bien entrado el mes de Julio en los ríos de montaña. 

Los pescadores de mosca de principios del siglo XX tenían verdaderos problemas, no sólo para imitar este insecto de dimensiones descomunales, sino también para mantenerlo a flote en ríos de corrientes fuertes que es donde este insecto tiene su hábitat preferido.

La Bunyan Bug, vista inferior, ( bottom view )

Paul Bunyan, que en realidad se llamaba Norman Edward Lee Means, apodo incluido, resolvió este primer problema montando el cuerpo de corcho, haciendo posteriormente un perfecto trabajo de modelísmo. 
Acabado el cuerpo lo pintó con pintura indeleble y lo barnizó con varias capas de barniz transparente, y todo a mano. El problema que se le presentó para imitar las alas desplegadas tan grandes, lo resolvió con mechones de melena o crines de caballo marrón, al estilo de como hoy lo hacemos para imitar las alas de las libélulas. 

Esto le llevó a crear la "Bunyan Bug" en el año 1923 y esta mosca es precisamente la que aparece en la novela de Norman MacLean, y que en una secuencia de la película Norman le ofrece una a Paul viendo que no llevaba ninguna imitación parecida, y que este rechaza irónicamente. 

Hoy día esta mosca aún se encuentra a la venta, quizás más como objeto de decoración y recuerdo que como imitación para ser usada. Otros montadores de la época de los MacLean encontraron soluciones diferentes, tal vez más sencillas, pero igualmente con una historia detrás.

Sofa Pillow 

En 1940, unos clientes de Pat Barnes se vieron sorprendidos en una jornada de pesca por una eclosión de " Pteronarcys californica ", sin nada remotamente parecido en sus cajas, desesperados de ver como las grandes truchas no hacían caso de sus diminutas imitaciones, decidieron ir en busca de ayuda a la tienda de Pat Barnes, este les proporcionó una imitación muy simple con cuerpo de seda roja, anillado con hilo dorado plano y alas formadas por un mechón de pelos de ardilla abatidos sobre el cuerpo, la cola de pluma compacta de faisán teñida de rojo, y el collar o hackle Brown muy poblado.

Al ver el enorme "moscardón" ( mosca grande ), uno de los clientes dijo que eso se parecía más a una almohada que a una mosca, y ese fue el nombre que le dieron a la imitación, la "Sofa Pillow".

Una mosca de flotación algo limitada y no precisamente por su collar tan poblado, sino más bien por sus dimensiones y el material empleado para su confección.

Improved Sofa Pillow 

Pero pronto conoció una versión mejorada, la "Improved Sofa Pillow" a la que se incorporaba un mechón de pelos de ciervo como cola, también una pluma Brown en palmer al rededor del cuerpo hecho de dubbing naranja, y unas alas de pelos de ciervo abatidas sobre el cuerpo. 
El resultado fue una mosca de aspecto mucho más moderno, aunque igualmente aparatoso como su predecesora, pero más fácil de mantener a flote.

Royal Stimulator 

La Stimulator no es más que una variante de las anteriores, creada por el gran montador americano Randal Kaufmann. 

Las modificaciones con respecto a su predecesora, la " Improved Sofa Pillow " son mínimas, el único detalle diferente es que el collar o hackle que se monta en espiras separadas a modo de palmer sobre un tórax abultado de dubbing. Sin embargo Kaufmann pronto se dio cuenta de que estas grandes imitaciones también funcionaban con otros colores diferentes del naranja original, de manera que ya no se trataba de imitar exactamente al insecto en cuestión, sino de aprovechar las propiedades de atracción de estos modelos, lo mismo que sucede con nuestras actuales moscas ahogadas. 

Y así surgieron múltiples variantes de distintos colores : naranja, amarillo, verde, negro, y la combinación de colores como por ejemplo el de la " Royal Coachman ", rojo o naranja y pavo real, variante conocida con el nombre de "Royal Stimulator ".

Verde Stimulator, Creen Stimulator 

La eficacia, flotación y gran visibilidad hizo crecer enormemente la popularidad de esta serie de moscas sobre todo en el Oeste de los Estados Unidos, pero también en Alaska, La Patagonia y Nueva Zelanda, y es que estas moscas tan grandes se sienten particularmente a sus anchas en amplias extensiones de aguas rápidas. 

Buscando alguna utilidad de estas moscas para nuestros ríos leoneses, podrían perfectamente pasar por algún saltamontes o algún grillo, porque suplantar con estos modelos nuestros tricópteros y plecópteros va a resultar muy difícil, sencillamente porque nuestros ríos son de características diferentes y truchas muy selectivas.

De la mosca original, la " Bunyan Bug ", una mosca que imita perfectamente la silueta de la hembra cuando esta roza la superficie del agua para depositar sus huevos batiendo sus alas para no perder el equilibrio, lo mismo que la describió acertadamente Norman MacLean en su novela :《...un poco como una mariposa que ha sufrido un percance y no puede secarse las alas batiéndolas sobre el agua. 》, esta mosca articial se concibió para confundir a la trucha con la natural, sin embargo, todos los modelos posteriores derivados de esta mosca se deben encuadrar en la categoría de moscas "atractoras" o moscas de "fantasía", concebidas para llamar la atención de las truchas en aguas rápidas y provocar el ataque.

Inevitablemente una vez abierta la puerta de la imaginación, otras versiones fueron apareciendo incorporando nuevos materiales, desde las patas de goma a los cuerpos hechos de foam, pasando por materiales sintéticos para las alas etcétera, hasta convertirla casi en una mosca más indicada para pescar el black bass que para las bravas truchas arco iris ( Rainbow ) del Big Blackfoot, en la actualidad Blackfoot ( pies negros ), o las truchas del río Gallantin en los alrededores del parque Yellowstone, donde precisamente se rodaron las bellas escenas de la película. 

Escribiendo esta pequeña historia sobre esta mosca, uno tiene la sensación de estar escuchando algunas de las profundas frases de Norman MacLean :《...entonces, en la media luz ártica del cañón, toda existencia se funde con mi alma, mis recuerdos y los sonidos del Big Blackfoot y un ritmo de cuatro tiempos, y la esperanza de que suba algún pez.》, que bellas palabras. 

También a mí, los recuerdos de la juventud me producen un conjunto de estímulos y sensaciones que me hacen sentir más humano. Es como un poderoso estimulante, una fuerte droga que envuelve el alma hasta hacerla enloquecer. 

Como le sucede a Norman MacLean, las sombras del pasado se aferran a uno como si formarán parte de nuestro cuerpo, permitiéndonos obtener esa paz interna, ese brillo en los ojos, y la tranquilidad del alma. 

Ya uno le gusta los buenos textos y los saludables razonamientos sobre la pesca, la buena compañía y las tardes de pesca procurando molestar lo menos posible a las truchas. Ya uno a visto puro y cristalino el río de su interior. Ya uno es casi un " pescador con mosca ".

sábado, 3 de enero de 2015

LA GRIPPLE DE GALLOUP , INVÁLIDOS O LISIADOS

Las truchas, como cualquier otra especie cazadora, están especialmente dispuestas a tomar aquellos insectos que por una razón u otra le son más asequibles. Es el caso de los insectos que navegan sobre la superficie del agua con alguna anomalía en sus cuerpos que les impide levantar el vuelo, siendo una presa fácil para las voraces truchas.

La “Gripple” de Galloup. 

La “Cripple” es una mosca diseñada por Jack Dennis Kelly Galloup con una sola ala y con la tija del anzuelo arqueada hacia un lado, para según Galloup dar más realismo al cuerpo de la mosca, porque era así como él las veía en el río.

Esta artificial fue descrita en su libro “Cripples and Spinners” (Inválidos y Adultos), publicado en el año 2001. Con este patrón, Galloup pretendía imitar una efímera, generalmente subimagos recién eclosionados atrapados por un ala en la superficie del agua, algo, por otra parte, bastante habitual.


Artificial con una sola ala, (inválida) 

En su libro Galloup, un experto guía de pesca de Michigan, nos cuenta cómo hasta hace relativamente poco tiempo, la pesca con mosca seca se realizaba mayoritariamente con imitaciones de insectos “válidos”, o sea insectos normales sin ningún tipo de anomalía que les impidiera levantar el vuelo, siendo difícil según Galloup encontrar en los catálogos de moscas alguna imitación de los “inválidos” grupo al cual pertenece esta mosca.

Según el propio Galloup, estas imitaciones le proporcionaban un porcentaje de picadas (tomadas) superior al de su compañero que pescaba con imitaciones que navegaban bien altas sobre la superficie del agua.
Hoy día a nadie se le escapa que las imitaciones que pescan placadas sobre la superficie del agua pescan más y mejor que aquellas que lo hacen bien altas, especialmente en las grandes tabladas de corrientes suaves.

Inválido o lisiado, (emergente universal).

Pero aunque es cierto que la mayoría de las veces las truchas prefieren tomar los subimagos placados a la superficie del agua o ligeramente por debajo de ella, no es menos cierto que otras veces por una razón u otra prefieren tomarlos cuando navegan altos.

En realidad no se descubre nada nuevo con esta mosca “inválida” de Galloup. Nosotros, aquí en León, llevamos muchos años pescando con ellas, no exactamente como la “Gripple” que le falta un ala y por eso no puede levantar el vuelo, sino con otro patrón que imita un subimago atrapado por su propia exhuvia que no ha conseguido desprenderse totalmente de ella y, por tanto, no puede emprender el vuelo, viéndose igualmente atrapado como la mosca de Galloup.

La ventaja de estos patrones con un collar de flotación o hackle convencional y dos alas formadas por dos puntas de pluma de cuello de gallo, es que en cualquier momento que lo necesitemos podemos hacer que navege más o menos placada a la superficie del agua, nada más tenemos que aplastar con los dedos las fibras de la parte inferior del collar o hackle.

Emergente de ignita

Existe otro patrón para estos “inválidos” del cual podemos prescindir totalmente del collar o hackle, es uno de los patrones más usados por nuestros pescadores de mosca seca, ya que tanto el tórax como el abdomen de la artificial navegan totalmente placados, y la exhuvia unas veces navega hundida y otras veces sobre la superficie, pasando en unos casos de emergente a inválida.

Este patrón al carecer de collar o hackle nos obliga a que las alas normalmente montadas en V deban estar hechas de un material que nos garantice la flotación de la mosca. El CDC o fibras de culo de pato es uno de los más indicados y que mejor se presta para estos casos, su alta flotabilidad, transparencia, movilidad, brillo, ligereza y amortiguación, nos facilita además de una buena flotación una posada suave y armoniosa de la mosca.

El gran problema de este material es el secado, especialmente después de ser tomada la mosca por la trucha, ya que no es fácil eliminar el mucus hidrófilo simplemente con falsos lances. En cualquier caso, sus cualidades son innegables.
Hay montadores que añaden a este patrón un par de vueltas de pluma de cuello de gallo a modo de collar o hackle para reforzarla y dotarla de algo más de estabilidad, cortando posteriormente las fibras de la parte inferior.

Para finalizar una reflexión más: Supongo que Galloup cuando pescaba con su mosca “Cripple” aplastaría las fibras inferiores del collar o hackle para que navegara correctamente placada a la superficie del agua, porque tal como la diseñó forzosamente tiene que navegar alta por el efecto del collar de flotación o hackle convencional y los cercos que hacen que navege forzosamente alta, y todos sabemos que estos “inválidos” como los spents, agotados o muertos llevan todo o parte del cuerpo placado sobre la superficie del agua, y aunque el principal valor de la mosca de Galloup es el ala en horizontal placada a la superficie del agua, dudo mucho que en acción de pesca llegue alguna vez a tocarla que es precisamente lo que Galloup pretende con esta mosca.